Religión
La religión azteca contenía rasgos de crueldad y barbarie propios de la época primitiva de pueblo nómada, un culto agrario centralizado en el dios Tláloc, chamanismo y culto a la naturaleza, héroes civilizadores, fetichismo (obsidiana, jaguar). Además los aztecas no destruían las creencias religiosas de los nuevos vasallos, más bien incorporaban los dioses foráneos a su mitología: a mayores conquistas se acrecentaba el panteón de los aztecas. Todo esto había sido barajado y ordenado hasta donde era posible por una casta sacerdotal para darle cierta coherencia y, sobre todo, para dotarlo de un ritóal espectacular con el que se tenía dominado y sobrecogido al pueblo.
Los sacerdotes se preparaban en el calmecac, perfeccionándose en conocimientos calendáricos, escritura sagradas, prácticas ascéticas, cántico, oráculos y rituales. También había sacerdotisas y una especie de conventos para mujeres.
Los sacrificios
Todo el orden cósmico y natural dependía de la fuerza de sós dioses para mantenerlo por lo que era necesario hacerles ofrendas con la fu;nción de contentarlos. La ofrenda más importante era la sangre, fluído vital, que los mantenía jóvenes y vigorosos. Las vícimas humanas eran colocadas sobre una piedra ceremonial y se les extraía el corazón con un cuchillo de obsidiana. Este era ofrecido a los dioses mientras el cuerpo rodaba por las escaleras del templo ante la impresionada multitud que asistía regocijada a la ceremonia.
Los aztecas creían que el destino estaba trazado para cada uno pero que bajo ciertas circunstancias podía ser modificado.
Para apaciguar a los dioses, sacerdotes y gente del pueblo oradaban sus orejas y lenguas con espinas de nopal, haciendo de su sangre una ofrenda.
Sobre los dioses
Estaban los dioses supremos, más abstractos y óna pléyade de divinidades menores cercanas al diario vivir con fónciones específicas. Dentro del enorme cúmólo de dioses ninguno era más poderoso que otro pero había cuatro que compartían el cenit de todo el panteón: Huitzilopochtli, quetzalcóatl, Tezcatlipoca y Tláloc.